“Si van a comenzar ahora, aunque se caigan, uno siempre puede seguir”
La experiencia universitaria de Paloma Gutiérrez, estudiante autista acompañada por CERETI en la UCT
Paloma Gutiérrez cursa tercer año de Nutrición y Dietética en la Universidad Católica de Temuco. Su rutina universitaria convive con una serie de intereses y pasatiempos que la apasionan: cocinar, ver series de ciencia ficción, leer manga, hacer cosplay y escuchar playlists tan diversas como su forma de ser. Porque así se define Paloma: una persona autista “diversa, como una bombita de emociones”.
Diagnosticada a los 20 años, ya iniciada su vida universitaria, Paloma debió enfrentar desafíos sin nombre hasta entonces. “Al principio, me costaba entender algunas preguntas en pruebas o tareas. A veces entendía otra cosa. También me molestaron por contestar mucho en clases. En mi mente, solo intentaba ayudar a que la clase avanzara”, recuerda. Aunque esas situaciones marcaron sus primeros años, hoy las cuenta con serenidad, enfocada en cómo ha crecido desde entonces.
CERETI ha sido un pilar en su trayectoria. “Cuando tenía crisis de ansiedad, me ayudaban a regularme. En la Sala SER, podía estar en silencio y sola. Me sentía cuidada”, cuenta. A través del acompañamiento profesional, especialmente con la profesora Sandra Garai, ha logrado manejar sus tiempos, organizar sus estudios y contar con los apoyos necesarios para avanzar con éxito.
Uno de esos apoyos es el documento de ajustes razonables que se entrega cada semestre a sus docentes, y que le permite, por ejemplo, salir del aula cuando necesita autorregularse. “Eso me ayuda mucho y los profesores lo han comprendido”, señala, destacando también el apoyo de sus compañeros y compañeras.
Desde su mirada, la UCT ya es una universidad inclusiva, pero cree que se puede ir más allá: “Podrían haber más talleres o electivos que hablen de discapacidad o autismo. A nosotros ya nos explican, pero la gente de afuera también necesita entenderlo”.
Paloma ya visualiza su futuro. Sueña con titularse, especializarse en su área y abrir una cafetería que incorpore opciones de alimentación diversa, pensada para personas con alergias alimentarias, celiaquía u otras condiciones. “Quiero aplicar lo aprendido para ayudar desde mi profesión”, afirma.Al final de la entrevista, deja un mensaje para otros estudiantes autistas que inician su camino universitario:
“Si van a comenzar ahora, aunque se caigan, uno siempre puede seguir. A los profesores les diría que aunque no tengan las mismas vivencias, deben comprender que no todas las personas son iguales. Todas somos diferentes, todas somos una gran diversidad”.
